lunes, 19 de abril de 2021
miércoles, 14 de abril de 2021
‘Change mindset’, la mentalidad que permite afrontar los cambios con éxito
‘Change mindset’, la mentalidad que permite afrontar los cambios con éxito
El miedo ante lo nuevo puede ser algo sano que ayude a los profesionales a avanzar tomando precauciones, o algo tóxico que los paralice. Pero se puede controlar
El miedo ante el cambio es inevitable, especialmente cuando se posa en el entorno laboral. Para las empresas, ese temor es un lastre en momentos de crisis como el actual, en el que muchas necesitan encarar una transformación para superar el impacto de la pandemia. De hecho, sigue vigente el análisis que Peter F. Drucker, el padre austriaco de la gestión empresarial moderna, publicó a mediados del siglo XX sobre la reacción de la población ante la llegada de un tiempo de cambio: el 15% lo rechaza abiertamente, al 70% le cuesta sumarse a él y el 15% restante lo acepta.
Para estar fuera del porcentaje de los que se resisten al cambio, la empresaria y consultora Pilar Jericó apunta que es necesario desarrollar una actitud proactiva que neutralice estos miedos y que ayude a adaptarse a los retos inesperados que se presenten en el trabajo. “La mentalidad para el cambio, conocida en inglés como change mindset, es lo que ayuda a entender las distintas incertidumbres y a ver los cambios como una oportunidad o, al menos, a vivirlos de una forma mucho más amable”, explica Jericó, que liderará el webinar Change mindset: NoMiedo al cambio.
Apúntate al webinar Change mindset: NoMiedo al cambio, con Pilar Jericó, empresaria, escritora, consultora y profesora de escuelas de negocio. Organizado por HUB Empresa de Banco Sabadell. Cuándo: 15 de abril, a las 16 h.
Pero ¿cómo entrenamos esa mentalidad? Jericó destaca que lo principal es distinguir el miedo sano del tóxico. El primero es sinónimo de prudencia y aparece puntualmente, es aquel que invita a pensar las cosas antes de precipitarse y que protege ante posibles peligros. Y el segundo es aquel que paraliza a la hora de tomar decisiones importantes, frena el talento y los intereses de las personas y se prolonga en el tiempo. “Es el que lleva a la histeria colectiva, a las compras compulsivas o a no dormir por las noches”, añade.
Neutralizar los temores
Neutralizar estos temores venenosos se puede hacer desde tres enfoques diferentes: desde el papel de la empresa, el del líder y de los trabajadores.
La comunicación es el primer pilar que debe construir una organización para desarrollar la estrategia con la que afrontar el cambio. Así lo explica Sergio Anarte, especialista en el desarrollo del talento y formador de líderes de la consultora ActitudPro: “La empresa debe ser transparente con sus empleados. Muchos de los problemas [en los negocios] que ha causado la pandemia han llegado por el miedo, y este nace, en gran parte, por la incertidumbre”. Para ello, matiza Anarte, es necesario que la dirección conozca primero la situación por la que está atravesando la compañía, aceptarla de manera objetiva y comunicar a los trabajadores la hoja de ruta que se va a seguir.
Conseguir que los miembros de una empresa mantengan una actitud positiva ante los cambios no es nada fácil, especialmente si su estado psicológico no es bueno. Durante las primeras semanas del confinamiento, el 75% de los trabajadores afirmaba que se sentía socialmente más aislado, el 67% padecía un mayor estrés y el 57%, sufría ansiedad, según un estudio realizado por la compañía de software SAP a mediados de 2020 y publicado por Harvard Business Review.
Jericó apunta que, para desarrollar todo el potencial durante esos momentos de crisis, es básico que las organizaciones conozcan cómo se encuentran psicológicamente sus empleados. Entre algunas acciones de carácter particular, la experta propone disminuir la sobrecarga de trabajo, no hacer videollamadas largas y establecer programas específicos de prevención o terapias en grupo. “Las empresas tienen el desafío de mejorar el bienestar de su gente”, afirma.
Para Jericó, las creencias rígidas son uno de los elementos más peligrosos que frenan “cualquier transformación”. Modificarlas para que estén basadas en el aprendizaje, añade, es un paso determinante para acercarse al éxito laboral. Para ello es necesario un compromiso del trabajador, que debe entrenar sus emociones para adquirir esa actitud positiva.
Anarte subraya que lo primero es conocerse a sí mismo: ¿me cuesta resolver problemas?, ¿me resulta difícil hacer una buena evaluación de la realidad?, ¿soy flexible?, ¿cómo tolero el estrés?, ¿soy optimista? Y, luego, trabajar para fortalecer las posibles carencias.
Pautas para entrenar la mentalidad para el cambio
Tener una visión. Es decir, el profesional debe visualizar dónde y cómo quiere estar laboralmente en el futuro. Buscar un objetivo que lo estimule y lo guíe.
Enfrentarse a la rigidez mental. Estar constantemente aprendiendo, incluso cosas que no tienen que ver con la propia profesión. Abrir la mente y relacionarse con personas diferentes es esencial. “La diversidad ayuda a despertar la capacidad mental”, dice Jericó.
Ilusionarse. Para Jericó, atreverse a soñar es beneficioso para la salud mental, así como centrarse en las fortalezas y no en las debilidades.
Cultivar cierto nivel de objetividad. Es importante ser objetivo y, según explica Anarte, no ver las cosas mejor de lo que son, ya que luego se tiende a la idealización y se puede fijar una meta inalcanzable.
Cuestionar el miedo. Plantearse si realmente es tan negativo el cambio que se está viviendo y si va a modificar totalmente todos los ámbitos de la vida. “Solo el 8% de los miedos son reales. La mayor parte de ellos son inventados o son problemas que, si ocurren, se sabe cómo salir de ellos”, dice Jericó.
Crear una rutay pensar cuáles son los pasos que dar para cumplir un objetivo personal. “Crear el hábito para avanzar hacia ese horizonte. Pensar en qué recursos y qué personas pueden ayudar a conseguirlo”, cuenta Anarte.
El líder: todo comienza por él
Otro eslabón en la cadena para asentar una mentalidad favorable al cambio es el liderazgo. “El líder tiene que ir por delante. Si está centrado y tiene la actitud adecuada, va a transmitir positividad a su equipo, pero si no gestiona bien sus emociones, pasará lo contrario”, analiza Anarte.
Este experto, que enseña a directivos a gestionar las crisis, relata que un líder con una inteligencia emocional alta y con una actitud de change mindset no solo ayuda a la empresa a lograr buenos resultados, sino también a crear equipos comprometidos y a fomentar esa mentalidad entre todos los miembros.
Cómo liderar el cambio
Crear una visión. Es importante que el líder ayude al equipo a ver más allá de la crisis y diseñe un objetivo para que todos los miembros se focalicen en él y trabajen unidos.
Empoderar a los trabajadores. El jefe debe dar autonomía y confiar en ellos, especialmente ahora, cuando el contacto físico es mínimo por las restricciones sanitarias y se ha impulsado el teletrabajo.
Estar abierto a las críticas. Recibir de buen agrado opiniones negativas de los trabajadores no solo reforzará la imagen de cercanía, sino que los miembros del equipo se sentirán seguros cuando hablen con sus jefes.
Dedicar tiempo a los empleados. Entrenar, apoyar las propuestas positivas de los subordinados y felicitarles en caso de éxito son aspectos clave para que estén ilusionados por el proyecto y tengan iniciativa en momentos difíciles.
martes, 13 de abril de 2021
Las siete claves de la reforma fiscal que Montero ha encargado a los expertos
La comisión de sabios deberá plantear propuestas para recaudar más por sociedades y armonizar los impuestos sobre la riqueza: patrimonio y sucesiones
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aprobó el lunes la creación de la comisión de expertos para la reforma fiscal. Se trata del primer paso para “analizar en profundidad el sistema fiscal con el objetivo de fortalecerlo para hacerlo más eficiente y modernizarlo para adaptarlo a los retos del siglo XXI”. En plata, quiere recaudar más financiar un gasto público creciente como consecuencia de las dos últimas crisis y el envejecimiento de la población. El grupo de trabajo estará presidido por Jesús Ruiz-Huertas, uno de los expertos con más experiencia y prestigio y académico de cabecera de los socialistas. Ruiz-Huertas ha sido director general entre 2004 y 2008 del Instituto de Estudios Fiscales (IEF), el think tank del Ministerio de Hacienda, y ha participado en mil y un cónclaves de este tipo.
El nuevo grupo de expertos dispondrá de 10 meses para diseñar el sistema tributario del futuro. El Libro Blanco de Reforma Tributaria que presenten será el segundo trabajo de unos académicos en menos de una década para modernizar el sistema fiscal español, uno de los más ineficientes de Europa por la gran cantidad de agujeros y excepciones que tiene por el que se escapan decenas de millones de euros. En 2014, el ministro de Hacienda de la época, Cristóbal Montoro, también creó un grupo de expertos para reformar el sistema fiscal. Tras meses de trabajo, presentaron un informe de 460 páginas con 125 propuestas, muchas de las cuales quedaron en papel mojado porque el Ejecutivo popular de Mariano Rajoy hizo caso omiso a muchas de ellas alegando el complejo ciclo electoral que se abría en 2015.
En este caso, tampoco tendrán mucho margen para subir impuestos porque el calendario electoral no dejará mucho margen al Ejecutivo. Se espera que las subidas de impuesto se aprueben en 2022 para que entren en vigor en 2023, año marcado en rojo porque deberán celebrarse los comicios generales. En cualquier caso, los expertos capitaneados por Ruiz-Huertas se plantean como tarea “imprescindible” adecuar el sistema fiscal a la situación económica originada tras la pandemia. “Se trata de proponer alternativas a las exigencias de cambios tras la pandemia”, explicó el presidente del grupo de sabios.
Uno de los principios que guiarán al grupo de expertos será “garantizar la suficiencia de recursos públicos”. Montero recordó ayer que España se encuentra siete puntos por debajo de la media de la zona euro en ingresos públicos. El Ejecutivo aspira a elevar la presión fiscal en torno al 40%-42% del PIB, dos puntos de la media histórica. Hasta ahora los sucesivos gobiernos democráticos creían que la relación entre la recaudación de impuestos y la riqueza nacional debía estar en una horquilla de entre el 37% y el 39% para no lastrar el desarrollo económico de un país rezagado respecto a sus socios europeos. Pero el nuevo Ejecutivo considera que las heridas que ha dejado la crisis financiera y ha reabierto la pandemia requieren de mayor esfuerzo para hacer políticas redistributivas. Ese es el motivo por el que buscan más recursos para fortalecer el estado de Bienestar.
Estos son algunos de los desafíos que deben afrontar.
- Impuesto de sociedades. La recaudación del impuesto de sociedades fue el año pasado de 17.629 millones de euros, un 22% menos que el año anterior y la menor cosecha desde 2013, cuando la economía española aún estaba ahogada por el mazazo de la Gran Recesión. La aportación de las empresas a la recaudación se ha reducido en los últimos años por tres motivos: tras la gran crisis financiera de 2008 las sociedades acumularon pérdidas que les permitió contabilizar créditos fiscales que aún se están aplicando para compensar con los beneficios que obtienen ahora. Además, el auge de las exportaciones les ha llevado a localizar beneficios en filiales que pagan en otros países. Y, por último, la rebaja del tipo del impuesto del 30% al 25% desde 2015 ha mermado la cosecha. Por eso, el Ejecutivo insiste en recuperar la aportación de este tributo.
- IRPF. El Gobierno ya aprobó en los Presupuestos de este año una subida de dos puntos para las rentas del trabajo superiores a los 300.000 euros, y de tres para las del capital por encima de 200.000. Hacienda calcula que esta medida afectará solo al 0,17% de los contribuyentes, y permitirá recaudar 580 millones de euros en 2022. No obstante, el impuesto ha perdido eficacia en los últimos años y necesita una actualización. Deberán decidir si mantienen o reducen el número de tramos del impuesto, si lo hacen más progresivo o si actualizan la deducción del mínimo familiar y personal, la tributación por módulos o decidir qué esquema se sigue para las rentas del capital.
- IVA. España es uno de los países de la UE que menos recauda por el impuesto sobre el valor añadido pese a tener un tipo general de IVA (21%) no muy alejado de los países de nuestro entorno. Los expertos deben decidir sobre la composición de la cesta de bienes y servicios que están gravados con tipos reducidos (10%) o superreducidos (4%). Este impuesto indirecto es el más sensible a cambios y que más afecta al consumo. También es uno donde suele hallarse más nichos de fraude fiscal. Algunos expertos han llegado a plantear que España podría recaudar más y permitirse reducir el tipo general del impuesto si eliminase los tipos reducidos y superreducidos y todos los regímenes especiales de este tributo indirecto.
- Patrimonio. El impuesto sobre el patrimonio suscita uno de los debates más encendidos en el sistema fiscal. Los economistas socioliberales abogan por su desaparición mientras que los más progresistas piden un mayor esfuerzo para las rentas más altas. España es uno de los pocos países que mantienen este impuesto, aunque es cierto que otros vecinos europeos mantienen otros esquemas fiscales para gravar la riqueza. El socialista Zapatero defendió su eliminación en 2004, mientras que Pedro Sánchez apuesta por reformarlo para que la Comunidad de Madrid no pueda dejarlo totalmente exento y sin efecto alguno, como hace actualmente.
- Sucesiones. Se trata de un impuesto cedido a las comunidades autónomas. Estas administraciones mantienen desde hace años una competencia fiscal a la baja. Sin embargo, es uno de los impuestos clave en cualquier sistema fiscal. El grupo de trabajo deberá armonizar el tributo para evitar que haya diferencias tan amplías como las actuales entre las diferentes comunidades autónomas. Tanto este tributo como el anterior forman parte también de la reforma de la financiación autonómica, que tiene pendiente el Gobierno desde 2014.
- Impuestos verdes. Se trata de uno de los retos más importantes para los expertos. La Comisión Europea lleva años avisando a España de que debe aumentar la fiscalidad medioambiental. Somos uno de los países que menos recauda por estos impuestos, la mayoría está en manos de las comunidades que ha legislado profusamente y ha creado figuras poco eficientes, sobre vertidos y depuración de aguas, plásticos... La Ley de Cambio Climático aprobada el pasado jueves en el Congreso, incluyó una disposición adicional sobre la fiscalidad verde: “Se constituirá un grupo de expertos para evaluar una reforma fiscal que valorará también la fiscalidad verde. En todo caso, las modificaciones que se introduzcan en este ámbito irán acompasadas con la situación económica”. La norma recoge la obligación de que el Gobierno presente en el plazo máximo de seis meses (aunque se espera que sea antes) la nueva ley de residuos, que incluirá dos nuevos tributos: uno sobre los envases plásticos y otro sobre el vertido e incineración para incentivar el reciclaje.
- Los agujeros del sistema. La Autoridad Fiscal (Airef) calculó el año pasado que los llamados agujeros del sistema tributario, las deducciones, exenciones, bonificaciones o regímenes especiales propiciaban una vía de agua por la que se escapan todos los años alrededor de 60.000 millones de euros. Plantea revisar algunas deducciones como la de tributación conjunta del IRPF o la de las aportaciones al fondo de pensiones. En este punto, volverá a ser clave la decisión que adopten los expertos sobre los tipos reducidos de IVA o las deducciones en el impuesto de sociedades.
jueves, 8 de abril de 2021
Especial Renta: declarar tras la pandemia
Arranca la campaña de la Renta, marcada este año por el impacto del coronavirus en la actividad y los ingresos de trabajadores o autónomos
La tributación de los ERTE, el teletrabajo o los ceses de actividad añaden complicación a la declaración
El 7 de abril arranca la campaña de la Declaración de la Renta 2021, en la que cerca de 20 millones de contribuyentes tienen que declarar los ingresos correspondientes al ejercicio 2020. Tienen hasta el 30 de junio para rendir cuentas con el fisco. Al igual que la práctica totalidad de los aspectos de la vida, también la declaración de la renta está marcada por el efecto del coronavirus. El uso masivo de los expedientes de temporal de regulación de empleo, ERTEs, durante los meses de restricción de la actividad hizo que 3,6 millones de trabajadores cobraran en el algún momento la prestación complementaria del SEPE, circunstancia que puede alterar la propia obligación de declarar, las retenciones practicadas y la propia tributación. Los afectados por ERTE a quienes la declaración salga a pagar tendrán, eso sí, más margen del habitual para cumplir con el fisco.
El teletrabajo, la tributación de los autónomos o cómo computar ingresos derivados del alquiler son otros aspectos ligados a la pandemia con impacto fiscal. Circunstancias que pueden complicar un trámite que se ha simplificado con los años, hasta el punto de que declaración se puede completar con la pantalla del teléfono móvil con la misma facilidad con la que se envía un mensaje de texto.
En ausencia de pandemia, este año la Renta trae pocas novedades, siendo quizá la más relevante que hasta el arranque de la campaña el contribuyente no puede consultar, como en otros ejercicios, un simulador de la declaración. Sí es posible consultar por anticipado los datos fiscales, pero no si sale a pagar o a devolver.
El 90% de los declarantes presenta la declaración vía telemática, utilizando el sistema RentaWeb. Éste sirve tanto para confirmar el borrador como para añadir los datos fiscales que no estén en poder de Hacienda, y que son obligatorios: un borrador inexacto confirmado es responsabilidad del usuario. Para identificarse ante el fisco se precisa DNI electrónico, el certificado electrónico, la Cl@ve PIN o número de referencia, obtenido a partir de la declaración de 2019.
Los fiscalistas aconsejan, así, prestar especial cuidado este año a la hora de cumplir con Hacienda. Y, aunque normalmente la mayoría de las declaraciones salen a devolver y relativamente ajustadas a las cantidades retenidas durante el año, esta campaña las alteraciones laborales y económicas se van a trasladar a buena parte de los sufridos pagadores de impuestos
Antes de hacer la declaración
No todo el mundo tiene por qué presentar declaración. La mayoría de trabajadores está obligado a presentar declaración de la renta siempre que ingrese más de 22.000 euros de su pagador principal, o cuando ingrese más de 14.000 teniendo más de un pagador, incluido el SEPE, que abona las prestaciones en caso de ERTE. Los que no estén obligados pueden consultar si les compensa presentarla, en caso de que hayan recibido retenciones o tengan derecho a alguna deducción familiar.
Calendario de la declaración
La declaración se puede presentar a partir del 7 de abril y hasta el 30 de junio, en caso de que sea negativa (a devolver). Si es positiva (a pagar), y se domicilia, el plazo termina el 25 de junio. La cita previa telefónica arranca el 4 de mayo y la presencial, el 2 de junio.
Por Miriam Calavia
¿Tengo que declarar?
La obligación de declarar depende tanto de la renta del contribuyente como de la procedencia de dichos ingresos: si hay dos pagadores, el límite baja. Los pagos del SEPE por ERTE, que computan como un pagador adicional, condicionarán la declaración de gran cantidad de contribuyentes.
Por María Matos
¿A pagar o a devolver?
Se puede consultar si la declaración es positiva (a pagar) o negativa (a devolver) antes de presentarla, mediante el borrador que ofrece la Agencia Tributaria. Si es negativa, el contribuyente puede presentar la declaración aunque no esté obligado y recibir la devolución que le corresponde.
Por Cecilia Castelló
Cómo presentarla
Para algunos contribuyentes, un gesto en la app móvil sirve para confirmar el borrador y presentar la declaración, si bien es recomendable revisar los datos en el programa RentaWeb. Antes de todo ello, hay que chequear qué sistema de identificación usaremos.
Por María Matos
Qué sabe Hacienda de mí
Los datos económicos más comunes (nómina, hipotecas, cuentas) están en poder de Hacienda que, no obstante, exige al contribuyente aportar datos de los que tenga información completa o nula. Hacerlo es obligación del contribuyente.
Por Nuño Rodrigo
El año de la pandemia
La disrupción de la actividad afectó a la mayor parte de los ingresos sujetos a tributación: nóminas, ingresos de autónomos o alquileres de viviendas. Aunque no hay cambios legislativos de calado a consecuencia del coronavirus (salvo para los trabajadores por cuenta propia), hay que revisar con especial cuidado la declaración de este año.
ERTE: declarar con dos pagadores
La gran novedad de la campaña de este año afecta a millones de trabajadores que han pasado por ERTE y que han cobrado del SEPE. No solo cambia la obligación de declarar, sino también las retenciones y, en algunos casos, el resultado de la declaración.
Por Juande Portillo
Gastos de teletrabajo
Al arraque de la campaña, no hay criterio fijado por Tributos para los ingresos o gastos incurridos por el trabajo desde casa durante la pandemia. Hasta el momento, las ayudas suelen considerarse por las empresas como dotaciones no tributables, pero persisten las dudas entre fiscalistas.
Por Raquel Pascual
Tributación del despido
La indemnización por despido computa como renta del trabajo, pero están exentos los primeros 180.000 euros. Si se cobra a plazos, la carga tributaria baja. El finiquito se considera salario.
Por Gema Escribano
Si soy autónomo...
La pandemia trae también dolores de cabeza a los autónomos a la hora de tributar. Las ayudas están exentas por debajo de los 2.000 euros. Además, el estado de alarma no computa en la tributación por módulos, y puede ser conveniente hacer la declaración por estimación directa para recuperar retenciones.
Por Nuria Salobral
Rescate del plan de pensiones
La pandemia ha abierto la puerta al rescate de planes de pensiones por parte de partícipes afectados por la enfermedad. Como sucede en caso de jubilación, este ingreso tributa como rendimiento del trabajo, lo que puede dar lugar a una factura fiscal elevada.
Por Miguel M. Mendieta
Vivienda en alquiler
Los ingresos por alquiler tributa como rendimiento del capital inmobiliario. Si el casero no ha cobrado por la moratoria durante la pandemia o ha retrasado los pagos, no debe tributar. En caso de impago, sí debe consignar el ingreso aunque no lo haya recibido.
Por Miriam Calavia
Fallecimiento de un familiar
Es obligatorio presentar declaración en nombre de los contribuyentes fallecidos durante el año 2020, con la declaración de ingresos correspondiente. La mayoría de los plazos no se prorratean con la fecha del fallecimiento.
Por Virginia Gómez
Asuntos que no debo olvidar
La mayor parte de las devoluciones se suelen ingresar poco después de presentada la declaración. No obstante, Hacienda tiene hasta seis meses para efectuarla. En caso de error u omisión, los contribuyentes tienen el plazo reglamentario de la campaña de la renta para rectificar una declaración ya presentada.
Las deducciones más comunes
Desgravaciones familiares, por donativos y por vivienda (tanto por alquilar una casa como por la hipoteca, para las compradas antes de 2012) son los beneficios fiscales más habituales para el contribuyente medio. Conviene no olvidarlos al cumplimentar la declaración.
Por Miriam Calavia
¿Y si me he equivocado?
El contribuyente puede corregir la declaración ya presentada hasta el 30 de junio sin penalización. A partir de ahí, el efecto de los errores depende tanto de a quién beneficien los errores como de quién toma la iniciativa para corregirlos.
Por Pablo M. Simón
Tengo activos en el extranjero
Los ciudadanos están obligados a declarar rendimientos de activos que tengan en el extranjero, que no se incluyen en el borrador y deben añadirse. Además, si se poseen cuentas o depósitos por más de 50.000 euros, hay que cumplimentar un modelo especial, el 720.
Por Miriam Calavia
He vendido una casa
La venta de vivienda está sujeta a tributación como ganancia o pérdida patrimonial: hay que consignar el valor de compra y el de venta, teniendo en cuenta la hipoteca. No tributa si se reinvierten los ingresos en otra vivienda habitual.
Por Miriam Calavia
¿Cuánto tardaré en cobrar, y cómo puedo pagar?
La declaración positiva (a pagar) permite el pago fraccionado en dos plazos. Si el resultado es negativo, a devolver, Hacienda tiene hasta seis meses para hacer el ingreso, pero salvo que deba comprobar datos la devolución es rápida.
Por Álvaro Bayón
Residencia fiscal y alquileres fantasma, en la lupa del fisco
En el plan de acción de Hacienda está también la vigilancia de las tenencias de criptomonedas. Prevé usar herramientas de análisis de datos como sistema de alerta ante patrimonios que finjan vivir en el extranjero.
Por Pablo Sempere
¿Individual o conjunta?
La decisión de qué sistema de declaración utilizar está en manos del contribuyente: puede elegir el mecanismo que deje mejor factura fiscal. Eso sí, una vez elegida la modalidad, no se puede cambiar.
Por Miriam Calavia
- Créditos
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Raquel Peligero Molina, nueva directora de la Agencia Tributaria Canaria El Boletín Oficial de Canarias del lunes 30 de... ...
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Calendario de la declaración de la Renta 2021: fechas clave para el contribuyente La campaña para presentar la declaración correspondie...