Hacienda gana la
batalla a los famosos
La Agencia Tributaria se centra en cinco
irregularidades, entre ellas, los paraísos fiscales, las sociedades
pantalla y las firmas patrimoniales
Los de la presentadora
Nuria Roca o el del
futbolista del F.C. Barcelona
Gerard Piqué,
conocidos
la pasada semana, son solo los dos últimos casos de un constante
goteo de celebridades de toda índole que han tenido problemas con
Hacienda. Aunque en algunas épocas, como la del exministro Cristóbal
Montoro, los afectados han denunciado que se trataba
de una caza de brujas, lo cierto es que el fisco viene persiguiendo
básicamente cinco irregularidades concretas en las que este
colectivo ha incurrido de forma relativamente habitual, aconsejados o
no por sus asesores fiscales, a fin de pagar menos impuestos de los
que les correspondería. A partir de ahí, la creciente información
con la que cuenta la
Agencia Tributaria,
el foco de los inspectores sobre esta casuística y algunas novedades
legales han hecho que el castigo fiscal a las celebridades se
multiplique en los últimos años.
“El hombre tiene tendencia natural desde que nace a temer a la
muerte y a los impuestos. Si una persona considera que puede pagar
menos, lo prefiere. El problema es que la tributación en España
hace que una sociedad tribute menos que una persona física [con
rentas altas] lo cual es un absurdo”, expone Carlos Romero,
coordinador de la sección de IRPF de la Asociación Española De
Asesores Fiscales (
Aedaf). A partir de ahí, Romero
asume que
muchas
de las celebridades han estado fiscalmente “mal asesoradas”
utilizando herramientas inadecuadas que les han terminado saliendo
caras. El ejemplo más claro de irregularidad es el uso de
paraísos
fiscales, o territorios de baja tributación, para
eludir
al fisco español. “El primer caso con relevancia mediática y
social fue el de la tenista que decía vivir en Andorra”, cuenta en
referencia a
Arantxa Sánchez Vicario,
a quien Hacienda puso contra las cuerdas demostrando, con los gastos
de su tarjeta de crédito y sus horarios de entrenamiento en un
centro de Barcelona, que en realidad residía, y debía tributar, en
España.
Otras figuras relevantes, como los jugadores de fútbol
Leo
Messi y
Cristiano Ronaldo, han optado luego
por modelos más sofisticados en los que sus ingresos se facturaban
mediante sociedades radicadas en territorios fiscalmente opacos.
“Otra opción más de moda ahora es la creación de sociedades
instrumentales o sociedades pantalla donde se canalizan los derechos
de imagen” del deportista, explica el experto de Aedaf, señalando
que este tipo de instrumentos “
no es ilegal, lo
que pasa es que en muchas ocasiones obedece al estricto propósito de
pagar menos que el panadero de al lado, buscando la elusión fiscal”.
Y ahí surge el problema.
Se abren aquí dos vertientes mayoritarias. “El caso fundamental
es el de las denominadas sociedades profesionales. Un artista o un
deportista constituye una sociedad que va a facturar todo lo que gane
porque el profesional va a tributar al 45% y como sociedad el 25%”,
ilustra Rubén Gimeno, director de Estudios del Registro de
Economistas Asesores Fiscales (
REAF), aclarando que
“hasta ahí es legal”. La irregularidad llega, aclara, cuando la
empresa “está vacía, no tiene personal, no hace más que recibir
ingresos pero carece de medios materiales y humanos, entonces es una
sociedad interpuesta, se considera
una simulación”. Por un caso así se acaba de condenar a Piqué. A
menudo, aseveran los expertos fiscales, para cumplir con la norma
bastaría con que estas firmas tuvieran como asalariado, además de
al principal interesado, a un mero secretario con una dedicación
real, como podría ser coordinar la actividad publicitaria de un
deportista, por ejemplo. Así, la presentadora María Teresa Campos
ganó un pulso fiscal a Hacienda al demostrar que su sociedad no era
instrumental porque tenía a sueldo a su hija y producía el programa
de un tercero.
Hay un matiz adicional a esta regla que el fisco exige para dar su
visto bueno y que supone un tercer caso de irregularidad común entre
celebridades: la sociedad debe abonar al titular un
sueldo
coherente con su papel en la firma y con el mercado. Ejemplo
reciente es la condena a Nuria Roca, cuya empresa facturó 789.097
euros en 2006 de los que ella solo se fijó como sueldo 112.500
euros, evitando así pagar IRPF por el resto.
El cuarto abuso más extendido es el del uso de sociedades
patrimoniales para la adquisición de primeras o segundas
residencias, vehículos o embarcaciones, pues si los bienes son
propiedad de la sociedad incluso el dueño de la misma debe
autoimponerse el pago de un alquiler a precio de
mercado cuando lo disfrute. No autoimponerse este pago le costó un
escándalo al ministro de Ciencia,
Pedro Duque, al
arrancar su mandato, recuerdan en el REAF.
“Por último, un caso frecuente es el de la confusión entre
patrimonio societario y personal, de manera que se imputen gastos
personales a una empresa que luego se van a deducir de Sociedades”,
agrega Carlos Cruzado, presidente de la asociación de técnicos de
Hacienda
Gestha. Así lo hizo, por ejemplo, la
presentadora
Patricia Conde, a la que Hacienda multó
por deducirse del IVA de su firma la reforma de su casa, la compra de
su coche o ropa interior.
En los últimos años se vienen realizando unas
2.500
actuaciones inspectoras al año dentro del “programa
socio-sociedad”, en el cuál se enmarcan en buena medida este tipo
de irregularidades. Su persecución, coinciden los expertos
consultados, ha crecido porque las prácticas detectadas son siempre
muy similares y el fisco optó por intensificar su vigilancia en este
campo cuando percibió que se generalizaban. Hay por tanto una
estrategia, pero en Gestha descartan que a los famosos se les esté
cazando gracias a un cambio normativo o de criterio. Este tipo de
prácticas siempre han sido fraudulentas.
Con el tiempo, eso sí, se han ido dando
novedades
legislativas que restan armas a la elusión fiscal.
Algunas datan de 1996, cuando se detectó que muchos deportistas
pasaban a recibir más remuneración en forma de
derechos
de imagen que como sueldo sujeto a
IRPF, lo que llevó al legislador a limitar que la primera pesara más
de un 15% sobre la retribución total que les ofrecían los clubs.
Diez años después, a su vez, se regularon a fondo las
operaciones
vinculadas, las que hace el propietario de una firma
con su sociedad, para exigir que se hagan a precios de mercado. Hace
un lustro, de otra parte, se cambió la llamada
Ley Beckham,
pensada para atraer a talentos científicos ofreciéndoles baja
tributación, para evitar que, como ocurría, se aprovechase para
fichar a deportistas de élite.
En cualquier caso, Hacienda viene ganando la batalla fiscal a los
famosos por unas irregularidades que están sujetas a diferentes
grados de castigo. Así, solo se considera
delito
fiscal cuando la cuantía reclamada supera los
120.000 euros y se aprecia dolo, por intención de
ocultación, como en los entramados enclavados en
delitos fiscales. Estas causas pasan a la justicia penal.
Sin embargo, son los recursos de los afectados los que a menudo
llevan el asunto a manos de un juez pues los casos de sociedades
interpuestas en España se suelen saldar administrativamente con una
infracción leve, detallan en Gestha. Se
multan
con el 50% de la cuota defraudada; del 50% al 100% si hay ocultación;
y del 100% al 150% en casos muy graves. A su vez, en muchos casos
judicializados el contribuyente y Hacienda acaban llegando a un pacto
antes del fallo, lo que rebaja esas multas por debajo, al 25% del
monto, critican desde Gestha.
El contribuyente, responsable directo, es el objeto tradicional de
estas causas. Últimamente, sin embargo, van cobrando peso los
procesos en que se imputa también al asesor fiscal, después de que
el
Tribunal Supremo echara en falta su presencia en
el juicio a Messi. Como consecuencia, estos asesores han pasado a
formar parte de causas como la del jugador de fútbol
Xabi
Alonso o la de la asesoría
Nummaria, que
también implica a clientes suyos como los actores
Imanol
Arias y
Ana Duato.
A falta de ver si esta tendencia se consolida, Hacienda promete
mantener su cruzada contra la elusión fiscal de los famosos pues
evitar estas irregularidades es ya un punto habitual del
plan
anual de la Inspección y ha permitido al fisco recuperar
decenas de millones en los últimos años.